En esta ocasión hablaremos sobre la estructura inductiva y deductiva, diferentes formas con las que los escritores suelen organizar sus textos.
Con estas y otras estructuras los ensayistas, narradores y expositores ordenan las ideas de sus trabajos, de manera que pueden influir en la lectura de sus obras.
Por tanto la estructura inductiva y deductiva es muy importante para la vertebración de un texto, ya que hacen posible una determinada organización que permite dar sentido a la obra.
La estructura inductiva y deductiva en la escritura
La estructura inductiva y deductiva son maneras de presentar la información, es decir, lo que se muestra o explica primero y qué lo que se deja para el final. Pero para dejar esto en claro, tenemos que hacer ciertas aclaraciones previas.
En la estructura deductiva sucede que la ideal principal está al principio y se muestra una vez sin rodeos. El resto del texto expone cómo sucede esta idea, y explica cada uno de sus detalles.
La idea inicial se va mostrando y desarrollando a lo largo del texto. Es una estructura predilecta en ciertos entornos académicos y en el periodismo.
Por otra parte en la estructura inductiva la idea principal va al final. Son más enigmáticas: se da al lector unos pocos indicios al principio, se despierta su curiosidad y se le lleva hasta el final.
Son más usadas por novelistas y cuentistas, pero en textos expositivos y argumentativos se usan igualmente.
Con este par de explicaciones, ya podemos seguir indagando acerca la estructura inductiva y deductiva en el mundo de la escritura. ¿Qué más podemos aseverar sobre este tema? Toca hablar de las características y usos más comunes de ambas estructuras.
Características de las estructuras deductivas
Como ya se dijo antes, las estructuras inductivas suelen ser muy usadas en los entornos académicos, de hecho se ven a menudo en textos científicos.
Se les considera como “estructuras analíticas”, ya que muestran algo al inicio y luego lo separan, lo disgregan, enuncian o elucubran por separado en partes más pequeñas.
Se usan mucho en el periodismo. Por ejemplo, la noticia principal reza de la siguiente manera: “Ocurrió un robo en una joyería del centro de la ciudad”. Acto seguido, se dan los detalles de la cantidad de delincuentes, cantidad extraída, las pistas del caso, etc. Es decir, se dan los pormenores que arman el suceso inicial: el robo a la joyería.
También son frecuentes en la ciencia. Por ejemplo, cuando se afirma que: “el átomo está conformado por neutrones y protones”. Esa es la idea principal, que luego se completa hablando de: historia de los modelos atómicos, cómo se descubre la carga eléctrica del átomo, el efecto fotoeléctrico, etc.
Implica saber muy bien de lo que se habla ya que se supone que la idea al inicio es dominada por el autor. Mientras que las partes subsiguientes del texto han de estar siempre en concordancia con la idea inicial. Si se dan contradicciones el texto y el autor quedan en entredicho.
En definitiva se podría decir también que son estructuras que van de lo general a lo específico.
Características de las estructuras inductivas
Las estructuras inductivas son muy usadas en humanidades o en el orbe literario, ya que suelen ser ideales para “enganchar” al lector al inicio y luego hacerlo repasar todo el texto.
Tal es el caso de las novelas, donde se muestra apenas un atisbo de algo que se devela completo al final. Dicho atisbo captura la curiosidad del lector.
Se emplean en textos filosóficos y de disertación. No se espera que el autor de sus impresiones, sino que el lector saque sus propias conclusiones.
Es decir, se indican al lector ciertos aspectos sobre un tema, pero la intención es que sea el lector el que saque sus propias conclusiones al respecto.
Se suelen considerar como textos de síntesis, contrarios al análisis de los textos deductivos. Parten de información o ideas dispersas que tratan de unirse al final, mediante una sola idea final o principal.
A veces, son textos abiertos. Esto quiere decir que el autor no muestra una conclusión final, sino que toda la conclusión queda por parte de quien lee.
Por ello en este caso se podría decir que los textos con estructura inductiva van siempre de lo específico a lo general.
El proceso y las deducciones suceden en la elaboración del propio texto, al contrario que en las estructuras deductivas, donde la inferencia ya está hecha y el texto describe cómo se llega a una conclusión que ya existe.
Ejemplos de estructuras deductivas e inductivas
Todo lo ya mencionado se expresa mejor con un buen par de ejemplos. Para ello, vamos a tomar una explicación escrita acerca del tema de los terremotos.
Texto de tipo deductivo
No hay manera de saber cuándo sucederá un terremoto. Tampoco, de predecir su fuerza o duración. Hay muchas variables impredecibles como el epicentro de sismo y la dureza de la placa tectónica.
Para predecir con fiabilidad un terremoto se necesitan señales previas inequívocas, pero solo existen vagos indicios. Por ejemplo, aumento en la cantidad de gas radón en la atmósfera.
También, alteraciones en actividad electromagnética. Asimismo, comportamiento inhabitual en animales. Empero, son señales erráticas. No hay nada concluyente.
Texto de tipo inductivo
Antes de un terremoto, suelen aparecer indicios vagos que despiertan sospechas. Tal es el caso de variaciones en la cantidad de gas radón en el aire.
Otra cuestión es la alteración de la actividad electromagnética. También, hay testimonios de animales que se comportan de manera extraña antes de un fuerte movimiento telúrico.
Lo cierto es que hay otras variables más importantes, pero que no se pueden predecir. Tal es el caso del epicentro del sismo, su fuerza y duración.
Asimismo, la resistencia de la placa tectónica. Finalmente, se concluye que no hay manera de predecir con certeza un terremoto.
En ambos casos se aprecian matices psicológicos del uso de la información, la manera de argumentar y la manera como la estructura funciona de manera distinta.
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